Durante el proceso de secado de la ropa que llega diariamente a las lavanderías industriales y sobre todo en los sistemas de extracción de las secadoras, se van desprendiendo fibras y polvo de algodones, nilón, rayones, etc.
Estas se depositan por todo el circuito, acumulando grandes cantidades de pelusa, que puede llegar a obturar los conductos y disminuir la sección.
Esta pelusa (o borra) acumulada tiene varias consecuencias inmediatas:
1) Inminente peligro de incendio. Falta de seguridad industrial.
2) Extracción deficiente en el local. Mala calidad ambiental.
3) Calentamiento del ambiente. Mal confort térmico por los usuarios.
4) Reducción en la sección del conducto. Forzado de motores y maquina en general y acortamiento de su vida útil, además de un aumento innecesario de consumo.